Estamos aún en el inicio del año y es un buen momento para hacer algunas reflexiones sobre lo que pensamos acerca de las competencias en la educación de los futuros médicos. Uno de los cursos que imparto es Metodología de la Investigación para el séptimo semestre de la licenciatura en medicina es decir en un nivel de ciclos clínicos, a un semestre del internado de pregrado para la mayoría de los cursos en México.
Al inicio de los cursos se convoca a los profesores de los diferentes niveles para hablar entre otras cosas de las estadísticas de rendimiento del semestre previo, los planes de estudio, las políticas de la universidad, los programas de desarrollo, investigación, clasificación, etc. Por supuesto hay muchos temas de interés sobre los cuales discurrir y discutir, pero uno de particular importancia por obvias razones es el rendimiento de los alumnos.
Sin ánimo de hacer un análisis en este momento de la eficiencia de cada curso o de la licenciatura en general, un aspecto que me llamó la atención es que los docentes buscan – o buscamos – razones por las cuales algunos alumnos pueden no estar desempeñándose de la mejor manera posible.
Métodos vanguardistas frente a métodos tradicionales
Para quienes, desde hace algunos años ya, hemos estado expuestos a los nuevos métodos docentes basados en el método constructivista, el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje basado en problemas, el uso de TICs, rúbricas, listas de cotejo, redes sociales, etc., el pensamiento nos lleva a concluir que algo hemos estado haciendo mal. ¿Quizás nuestros métodos no son tan dinámicos? ¿Quizás nuestras evaluaciones son muy subjetivas y rígidas? ¿Quizás no hemos proporcionado – o mejor aún – ayudado a construir los mejores ambientes de aprendizaje? ¿Tal vez la comunicación con los alumnos es deficiente? ¿Los métodos de enseñanza son incorrectos, aburridos o confusos? Y un sinnúmero de otros cuestionamientos por el estilo.
En contraste los profesores que por distintas razones son ajenos a los enfoques previamente citados, sin ser la regla, aplican los métodos de enseñanza tradicionales con los que fueron formados. Es cierto, muchos de estos métodos son rígidos y algunos anacrónicos y quizás hasta obsoletos. Están basados en una gran parte de memorización, rigor disciplinario y verticalidad en la toma de decisiones. Y la responsabilidad de los malos resultados se atribuye casi por completo a los alumnos.
Ahora bien, ambos métodos de enseñanza llevan un tiempo suficiente conviviendo como para estar en posición de pensar en evaluarlos, en particular en la enseñanza de la medicina. Y a mí me surge una pregunta ¿Si el propósito final es que las universidades gradúen médicos competentes en todas las áreas: académica, humana, social, de investigación por mencionar las más relevantes ¿cuál de ambos métodos puede presumir de eficiencia?
La tendencia casi natural podría ser la de asumir que el primero de ellos es el mejor porque está construido en la racionalización de muchas variables. Pero concluir eso a priori no sería científico, sino dogmático, ideológico.
No es este el lugar para hacer dicho análisis, pero sí me gustaría al menos hacer esta reflexión. El método constructivista con todos sus beneficios evidentes – pero también con otros muchos supuestos – se ha generado en un mundo donde la libertad, la autonomía, la autodeterminación, la responsabilidad personal y social, el respeto, la información, etc., son conceptos en auge y responden a la necesidad de un mundo que lucha por generar un mejor nivel de vida en todos los aspectos.
¿La disciplina está en contra de los Derechos Humanos en Medicina?
Con esta evolución del gran paraguas de los Derechos Humanos, cualquier sutil indicio de rigor, disciplina, límites, reglas, presión, autoridad, se toma como una afrenta, como una ofensa cuando no como una violación de todas las demás libertades.
Y la medicina no ha sido la excepción. Los planes curriculares, los organigramas de las escuelas, las políticas de enseñanza y de graduación, pasando por los ciclos básicos y clínicos están centrados en el crecimiento y desarrollo del estudiante.
¿Qué competencias se deben diseñar para los nuevos estudiantes, para un nuevo mundo?
El problema es que se esperaría que los estudiantes insertos en los nuevos métodos de enseñanza mejoraran sus rendimientos y sobretodo fueran unas mejores personas y profesionales de lo que fueron quienes los precedieron. Cabe a cada uno analizar si esto ocurre en sus propios campos de trabajo. En el que yo me desempeño no estoy viendo eso en todos los casos.
Y me cuestiono ¿de qué forma todo el aparato educativo que hemos construido puede proporcionar muchas de las competencias retadoras, demandantes, desagradables, angustiantes, con las cuales nuestros estudiantes tarde o temprano tendrán que contender en su formación de posgrado en los hospitales o en su práctica privada?
¿Cómo diseñar un método para que un alumno comprenda que debe prescindir del teléfono celular durante el tiempo que se encuentre en un servicio de urgencias o terapia intensiva donde la atención debe concentrarse solamente en la evolución de un paciente en el cual los minutos y aun los segundos de cuidado o de distracción pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte?
¿Cómo transmitir la idea de que en su tiempo en la escuela o en el hospital debe dar prioridad a la resolución de problemas clínicos o más aún a la atención de pacientes por sobre preferencias personales como ver un partido de futbol o jugar un videojuego?
¿Cómo generar la empatía por el más débil, por el que sufre, por el que requiere un servicio en lugar de verlos como una molestia necesaria para lograr la propia superación profesional?
¿Una ética médica superior para servir al prójimo o el prójimo como modelo de ética médica?
No hay respuestas simples. La sociedad evolucionó y dentro de esa sociedad también están las escuelas y programas de medicina del mundo. Hoy los estudiantes dejaron de parecerse a modelos tradicionales que antes eran icónicos para parecerse más al prójimo. Eso en principio estaría bien, sino fuera porque en general el prójimo no se interesa por un paciente tanto como para brindarle más atención y ayuda que la que cualquier ciudadano brinda a otro en condiciones normales. El médico tiene una responsabilidad que exige que su comportamiento esté por arriba de esas expectativas comunes, puesto que la enfermedad con frecuencia nos expone a situaciones fuera de lo común.
Está bien eliminar el autoritarismo, limitar la memorización solo a aquellos procesos específicos que la requieran, involucrar a los estudiantes en la toma de decisiones conjuntas, inducirlos a razonar, decidir, resolver problemas con base en un pensamiento lógico y no en la imitación o sometimiento a figuras de autoridad, pero quizás debamos reflexionar sobre la necesidad de trabajar en las competencias que les permitan contender con situaciones que requerirán de su carácter, decisión, responsabilidad, atención, compromiso, etc.
Me parece que en la actualidad existe una confusión – e inclusive temor – en las autoridades escolares y docentes sobre el grado de influencia que pueden ejercer en los alumnos sin que cualquier comportamiento se llegue a considerar un atentado a los Derechos Humanos. Por parte de los alumnos esta confusión creo que va en el sentido de no saber cuál es el límite entre lo que pueden exigir como un derecho y lo que es parte de un exceso en las demandas y la libertad.
Al final de cuentas resolver estos dilemas repercutirá en la mejor o peor atención que se brinde a los pacientes, sean del ámbito privado o público, es decir en que con nuestra educación como médicos resguardemos los Derechos Humanos de esos pacientes también y quizás antes que los nuestros.
Aquí comparto un video que servirá de recordatorio del juramento al que los médicos del futuro se comprometerían.
Si eres estudiante o docente de Medicina, por favor comparte tus comentarios e inquietudes con nosotros en la parte de abajo. Apreciaremos mucho saber que piensas.
Sorry, but I don’t speak Spanish. I speak 4 languages but unfortunately not this one.
What I did is translated few words and could understand that the site is about competencies of the future doctors.
This is very important and serious topic. The real competency of the future doctors can save many lives,
There are so many people pout there seeking for real medical support many of them can’t even get it. but many were saved as well.
Good topic.
All the best!
Yes, competencies are a crucial issue nowadays in medical schools to train the best doctors for the society. Thanks for your comments.