2. Las 6 Trampas Mentales que te Bloquean al Empezar tu Tesis
🔸 Introducción
- Breve reflexión sobre cómo lo más difícil no es hacer la tesis… sino empezarla.
- Mención de que no es solo un problema académico, sino también mental y emocional.
- Presentación del concepto de “trampas mentales” como autoengaños, creencias limitantes o bloqueos internos.
Empezar una tesis no es solo un paso académico, es también un proceso profundamente personal. Para muchos estudiantes, lo más difícil no es investigar, redactar o estructurar el trabajo… sino simplemente dar el primer paso. Lo urgente desplaza a lo importante, y así pasan semanas —a veces meses— sin avanzar.
Pero este bloqueo no se debe únicamente a la carga de trabajo o la falta de tiempo. A menudo, el verdadero obstáculo está en nuestra mente. Sin darnos cuenta, cargamos con creencias, miedos o excusas que nos sabotean desde adentro.
En este artículo vamos a hablar de esas “trampas mentales”: ideas que parecen razonables, pero que en realidad te detienen. Son como espejos deformados: reflejan una versión distorsionada de ti, de tu capacidad o de tu contexto. Reconocerlas es el primer paso para desactivarlas y avanzar con confianza.
🔹 1. “Todavía no estoy listo/a”
- Perfeccionismo disfrazado de preparación.
- La falsa idea de que necesitas saberlo todo antes de comenzar.
- Cómo reconocer esta trampa y empezar desde la duda.
Una de las trampas mentales más comunes al iniciar una tesis es la idea de que “aún no estoy listo”. Esta frase, que puede sonar prudente o sensata, en realidad suele esconder una forma de perfeccionismo. Es una voz interna que dice: “Primero necesito tener claro el tema, los objetivos, la metodología, la revisión de literatura completa… y entonces empezaré”.

Pero esa preparación absoluta nunca llega. Porque no se trata de estar realmente preparado, sino de una necesidad de control total que no es compatible con un proceso de investigación. Hacer una tesis es, por definición, un camino lleno de incertidumbre. No necesitas tener todas las respuestas para comenzar: necesitas empezar para encontrar esas respuestas.
Esta trampa también se alimenta del miedo a equivocarse. Como si empezar “mal” fuera peor que no empezar en absoluto. Sin embargo, avanzar desde la duda es mucho más poderoso que quedarse esperando la seguridad. Lo realista —y más saludable— es asumir que vas a corregir, ajustar y redefinir cosas en el camino.
Entonces, ¿cómo reconocer que estás cayendo en esta trampa? Si llevas semanas diciendo que vas a “investigar más” antes de escribir una sola palabra; si sientes que todo lo que sabes es insuficiente para empezar; si postergas tareas esperando tener una idea brillante… estás en ella.
El antídoto es simple pero valiente: comienza con lo que sabes hoy. Redacta aunque sea un párrafo que luego cambies. Haz un esquema, aunque sea provisional. Escribe desde la duda, sabiendo que cada línea escrita es un paso más cerca de la claridad.
🔹 2. “Necesito más tiempo (y luego más, y luego más…)”
- Procrastinación racionalizada.
- El mito del “tiempo perfecto”.
- Estrategias para empezar incluso con poco tiempo disponible.
Otra trampa mental muy frecuente es pensar que no puedes comenzar porque no tienes suficiente tiempo. Esta idea suena lógica —porque todos estamos ocupados—, pero muchas veces es una forma elegante de procrastinar con justificación racional. Nos convencemos de que “ya vendrá una semana más tranquila”, “cuando acabe este proyecto”, o “después de las vacaciones”.

El problema es que ese “tiempo perfecto” nunca llega. Siempre hay otras obligaciones, distracciones o tareas urgentes. Y si no rompemos ese ciclo, el proyecto final se va posponiendo indefinidamente hasta convertirse en una fuente de culpa y ansiedad.
Esta trampa mental transforma el tiempo en una excusa. En lugar de reconocer que nos da miedo comenzar, le atribuimos el problema a una “falta de tiempo” que, en muchos casos, es más percibida que real. Porque la verdad es que no necesitas una tarde libre completa para avanzar, ni un fin de semana entero para hacer magia. Lo que necesitas es comenzar con 20 minutos sinceros, con lo que tengas hoy.
Aquí algunas estrategias simples para desactivar esta trampa:
- Bloques breves pero consistentes: trabaja 25 minutos al día usando técnicas como Pomodoro.
- Prioriza tareas pequeñas y claras: en vez de “trabajar en la tesis”, define algo concreto como “buscar tres artículos” o “escribir una idea inicial”.
- Crea rituales mínimos: una libreta especial, una hora fija o un café pueden ayudarte a entrar en modo “tesis” con facilidad.
El tiempo no se encuentra, se construye. Y cada momento que decides usar, aunque sea pequeño, le gana terreno al estancamiento.
🔹 3. “Mi tema no es lo suficientemente bueno”
- Comparación constante con otros.
- Miedo a no aportar nada nuevo.
- Cómo validar tu tema y comprometerte con él.
Esta trampa aparece como una voz persistente que dice: “Hay gente investigando cosas más interesantes… más importantes… más originales”. Es la trampa de la comparación silenciosa, en la que tu tema siempre parece menos valioso que el de los demás. Y como consecuencia, pierdes motivación, dudas de tu capacidad y a veces incluso abandonas la idea inicial.

Este pensamiento suele estar alimentado por el mito de que una tesis debe cambiar el mundo o aportar algo completamente nuevo. Pero eso no es cierto. Especialmente a nivel de licenciatura o maestría, el objetivo principal de una tesis no es hacer una revolución científica, sino demostrar que puedes formular una pregunta, seguir un método y llegar a una conclusión válida y bien fundamentada.
Tu tema no necesita ser el más espectacular. Necesita ser claro, realizable y significativo dentro de tu contexto académico o profesional. A veces, una buena tesis no nace de una gran idea, sino de una pregunta bien formulada que resuelve un problema concreto.
Para salir de esta trampa:
- 🔍 Valida tu tema con hechos, no con miedos: ¿hay antecedentes? ¿es una pregunta que aún genera debate o vacíos? Entonces es relevante.
- 🤝 Consulta con docentes o colegas, no para que lo aprueben, sino para intercambiar perspectivas y ganar confianza.
- 📌 Escribe un párrafo de por qué elegiste ese tema. Volver a tus motivos iniciales puede recordarte por qué vale la pena.
No esperes tener “el mejor tema del mundo”. Comprométete con el tuyo y hazlo crecer. Eso lo convertirá, al final, en un tema poderoso.
🔹 4. “No tengo lo que se necesita para hacer esto”
- Síndrome del impostor.
- Dudas sobre la propia capacidad intelectual.
- Reencuadre positivo desde la experiencia previa y el aprendizaje guiado.

Esta trampa mental se instala en silencio y es una de las más paralizantes: la sensación de que no estás a la altura, de que hacer una tesis es para “otros” —más inteligentes, más disciplinados, más preparados—. Es el conocido síndrome del impostor, y no discrimina: lo sienten estudiantes brillantes, trabajadores, creativos… porque no se trata de una falta real de capacidades, sino de una percepción distorsionada de uno mismo.
Frases como “esto me quedó grande”, “seguro me van a descubrir”, o “no tengo cabeza para la investigación” son indicadores de que estás atrapado/a en esta creencia. La tesis, como cualquier otro proyecto de largo plazo, activa inseguridades que ya venían de antes: miedo al fracaso, al juicio, a equivocarte.
Pero aquí va una verdad importante: hacer una tesis no requiere ser un genio. Requiere constancia, orientación y disposición para aprender. Nadie nace sabiendo redactar objetivos ni aplicar métodos científicos. Todo se aprende, y precisamente ese aprendizaje es parte del valor formativo del proyecto final.
¿Cómo reencuadrar esta trampa?
- 🧩 Reconoce lo que ya sabes hacer: has aprobado materias, has escrito trabajos, has leído artículos. Todo eso cuenta.
- 🧠 Piensa en la tesis como un proceso guiado: no estás solo/a. Hay tutores, recursos, guías (¡como esta serie!), herramientas y modelos.
- 🔄 Sustituye “no puedo” por “aún no sé cómo, pero voy a aprender”.
Tu valor no se mide por cuánto sabes hoy, sino por tu disposición a construir el conocimiento que necesitas. Y eso, ya lo estás haciendo.
🔹 5. “Ya lo intenté y no pude”
- Bloqueos por experiencias pasadas frustrantes.
- Carga emocional acumulada.
- Cómo reintentar sin repetir errores y con nuevas herramientas.
Esta trampa no nace del miedo al futuro, sino del peso del pasado. Es el bloqueo que se activa cuando ya has tenido uno o más intentos frustrados de avanzar con tu tesis —y quedaron marcados como fracasos. Quizás empezaste a escribir y lo dejaste. Tal vez cambiaste de tema varias veces. O simplemente pasaron los semestres sin lograr avanzar.

Todo eso deja una carga emocional acumulada: frustración, vergüenza, enojo contigo mismo/a, o con tu asesor, o con la institución. A veces también sientes que perdiste “el momento”, como si ya fuera demasiado tarde para volver a empezar con buena energía. Y así, el recuerdo de no haber podido se convierte en una especie de sentencia silenciosa: “Si ya fallé antes, ¿por qué ahora sería diferente?”
Pero sí puede ser diferente. Porque no eres la misma persona que antes. Hoy puedes tener más claridad, más apoyo, más herramientas y, sobre todo, más conciencia de lo que necesitas hacer distinto.
Para salir de esta trampa:
- 🔁 No ignores tu experiencia pasada, analízala con compasión: ¿qué te bloqueó la vez anterior? ¿qué faltó? ¿qué aprendiste?
- 🧰 Cambia tu enfoque y tus recursos: si antes lo hiciste solo/a, ahora busca acompañamiento. Si no usaste herramientas digitales, ahora puedes apoyarte en IA, gestores de referencias, plantillas, etc.
- 📅 Vuelve a empezar desde un plan mínimo y realista, que no repita el mismo patrón de sobrecarga o autoexigencia.
Fracasar no significa que no puedes. Significa que intentaste, que aprendiste… y que ahora puedes reiniciar con estrategia y sin culpa.
🔹 6. “Esto no sirve para nada”
- Desmotivación por falta de propósito.
- Crítica a la academia que se convierte en auto-sabotaje.
- Cómo reconectar el proyecto con metas personales y profesionales reales.
Esta trampa aparece cuando te preguntas, con sinceridad o con rabia: “¿Para qué estoy haciendo esto?”. Es una sensación de desmotivación profunda, como si tu proyecto final fuera solo un trámite absurdo, desconectado de tu vida real, tus intereses o tus metas. Y en muchos casos, esta sensación se mezcla con una crítica válida al sistema académico: la burocracia, los formatos rígidos, los temas impuestos, la falta de acompañamiento.

Pero si no tienes cuidado, esa crítica externa puede volverse en tu contra: en lugar de canalizarla hacia un cambio o una propuesta, se transforma en auto-sabotaje. Dejás de trabajar en tu tesis no porque no puedas, sino porque crees que no vale la pena. Y así, lo que empezó como un análisis del sistema termina paralizando tu propia trayectoria.
Sin embargo, incluso dentro de un sistema imperfecto, tu proyecto puede tener sentido. No se trata de idealizar la tesis, sino de reconectarla con algo que te importe de verdad: un tema que te interese, una comunidad que quieras ayudar, una habilidad que desees desarrollar o una meta profesional que tengas a futuro.
¿Cómo salir de esta trampa?
- 🔎 Haz una lista de razones personales para terminar tu proyecto, aunque sea una sola. No pienses en el sistema: piensa en ti.
- 🎯 Conecta tu tesis con tu propósito más grande, aunque sea indirectamente: usarla como experiencia, como ejemplo, como puente.
- 🧭 Reescribe tu narrativa interna: no estás haciendo esto “porque toca”. Estás aprovechando una oportunidad de cerrar un ciclo con intención y dignidad.
Si tú le das sentido a tu proyecto, entonces servirá. Tal vez no cambie el mundo, pero sí puede transformar el modo en que tú das el siguiente paso.
🔸 Cierre / reflexión final
- Validación emocional: no estás solo/a en sentir esto.
- Reconocer la trampa es el primer paso para salir de ella.
- Invitación a seguir con la serie para convertir la tesis en un proceso claro, humano y posible.

Si alguna vez te sentiste paralizado, frustrado o simplemente desmotivado frente a tu tesis, quiero que sepas algo fundamental: no estás solo/a. Estas trampas mentales no son señales de debilidad ni de incapacidad. Son humanas. Y muchas otras personas, incluso las que hoy ya terminaron su proyecto final, también pasaron por ahí.
Lo importante no es fingir que no existen, sino reconocerlas con honestidad y sin culpa. Porque cada trampa mental identificada es una posibilidad de tomar conciencia, de entenderte mejor y de encontrar una salida más realista y amable. Nadie tiene una mente perfecta para hacer una tesis. Pero sí puedes aprender a convivir con tus dudas, reorganizar tus pensamientos y avanzar con claridad.
Y eso es exactamente lo que haremos en esta serie: ayudarte a convertir tu tesis en un proceso más claro, humano y posible. Paso a paso, sin fórmulas mágicas, pero con acompañamiento, herramientas útiles y una buena dosis de motivación realista.
🔗 ¿Estás siguiendo la serie paso a paso?
Navega la serie en orden para aprovecharla mejor:
💬 ¿Te sentiste identificado con alguna de estas trampas mentales?
🧠 Tu experiencia también cuenta.
Cuéntame en los comentarios cuál de estas trampas te ha tocado más de cerca o si has vivido alguna diferente. Este espacio es para compartir sin juicio, apoyarnos y demostrar que no estamos solos en este camino.
✏️ Deja tu comentario abajo y sigamos avanzando, paso a paso.
Comentarios recientes