7. De intereses vagos a preguntas claras: tu problema de investigación
🔸 Introducción
Has dado el primer paso: ya tienes una idea general, un tema que te interesa o una intuición de por dónde va tu proyecto. Pero cuando te preguntan: “¿y cuál es tu pregunta de investigación?”… te bloqueas. Sientes que aún es demasiado abstracto, difuso, que no sabes cómo aterrizarlo. Tranquilo/a: es normal.
Muchos estudiantes se quedan atrapados en esa etapa intermedia, con intereses vagos pero sin una pregunta concreta que les permita avanzar. Surgen múltiples ideas, inquietudes paralelas, referencias sueltas… pero nada parece lo suficientemente claro o definido.
Este post es justamente para eso: para ayudarte a transformar esa “niebla temática” en una pregunta poderosa, clara y útil, que se convierta en el eje de tu protocolo. Porque solo cuando sabes lo que quieres preguntar, puedes empezar a construir un camino para encontrar respuestas.
Vamos paso a paso. Vamos a convertir tu interés en una brújula.
🔹 1. ¿Qué es (realmente) un problema de investigación?

Cuando hablamos de “problema de investigación”, muchos piensan que se refiere a un problema social, científico o técnico que ocurre en el mundo real. Y sí, eso es parte de la historia… pero no es toda la historia. Un problema de investigación no es simplemente algo que está mal o algo que preocupa a la sociedad. Es una pregunta que tú eliges investigar, con un enfoque claro, en un contexto específico y desde una mirada particular.
Por ejemplo, “la obesidad infantil” no es un problema de investigación. Es un tema general. En cambio, “¿Qué factores familiares se asocian con hábitos alimenticios poco saludables en niños de primaria en zonas urbanas?” sí lo es. Esa es una pregunta que delimita, especifica, y orienta el trabajo académico.
Es clave entender la diferencia entre:
- Tema: un área amplia o un fenómeno general. Ej: ansiedad, migración, inteligencia artificial.
- Problema: una situación particular que genera una duda, un vacío o una tensión. Ej: la dificultad de acceso a terapia para adolescentes con ansiedad en escuelas públicas.
- Pregunta de investigación: la formulación clara de lo que quieres averiguar. Ej: ¿Cómo perciben los docentes de secundaria el impacto de la ansiedad en el rendimiento escolar de sus alumnos?
Tu problema de investigación es la forma en que tú decides recortar, enfocar y problematizar un tema amplio, para poder estudiarlo de forma viable.
No estás buscando “resolver el mundo”. Estás buscando una pregunta lo suficientemente interesante como para sostener tu proceso… y lo suficientemente concreta como para poder ser investigada con los recursos y tiempo que tienes.
🔹 2. Señales de que todavía tienes un tema vago
Uno de los mayores obstáculos al construir un proyecto académico es no darte cuenta de que sigues hablando desde un tema, no desde un problema ni desde una pregunta. Y esto no es culpa tuya: en la mayoría de los cursos, te piden “elegir un tema”, pero nunca te explican cómo transformarlo en algo investigable.

Aquí algunas señales claras de que todavía estás en la fase de tema vago:
- No puedes formular una pregunta concreta. Si alguien te pregunta “¿qué quieres investigar?” y solo puedes dar una idea general (como “violencia de género” o “la salud mental en jóvenes”), probablemente necesitas seguir afinando.
- Usas frases difusas al hablar de tu proyecto. Si repites cosas como “quiero hacer algo sobre…”, “me interesa lo relacionado con…” o “estoy pensando en trabajar temas de…”, eso indica que aún no has delimitado tu foco.
- No hay un grupo, lugar, tiempo o fenómeno específico. Un tema como “uso de redes sociales” puede transformarse en mil investigaciones distintas. ¿En quiénes? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con qué enfoque? Si aún no has decidido eso, sigues en el terreno de lo abstracto.
Tener un tema vago no es un fracaso, pero sí es una señal de que aún no puedes avanzar a escribir tu protocolo formal. No te frustres. Esto es parte del proceso. La mayoría de los estudiantes pasan semanas o incluso meses en esta etapa… y lo importante no es cuánto tardes, sino que eventualmente cruces el puente hacia una pregunta concreta y viable.
Y para eso, necesitas delimitar, enfocar y decidir. En la siguiente sección te enseño cómo hacerlo paso a paso.
🔹 3. ¿Cómo se construye una buena pregunta de investigación?
Una buena pregunta de investigación no aparece mágicamente. Se construye, se pule, se ensaya. Es el resultado de observar con atención, hacerse preguntas pequeñas, y luego darles forma hasta que se convierten en una guía clara para tu proyecto.

Todo comienza con una observación concreta o una experiencia directa. Algo que te llama la atención, te incomoda o te genera curiosidad. Por ejemplo: “Veo que muchos de mis compañeros de universidad tienen ansiedad antes de presentar exámenes orales”.
Luego, esa observación se transforma poco a poco en una pregunta delimitada. Para eso, hay que responder mentalmente al menos cinco cosas:
- ¿Quién? (grupo o población)
- ¿Qué? (problema o fenómeno)
- ¿Cuándo? (marco temporal)
- ¿Dónde? (contexto o ubicación)
- ¿Cómo? (perspectiva, enfoque, método)
Además, una buena pregunta tiene una intención investigativa clara. Por ejemplo:
- Describir: ¿Cómo es…?
- Comparar: ¿Qué diferencias hay entre…?
- Analizar causas: ¿Qué factores influyen en…?
- Proponer solución: ¿Qué estrategias podrían mejorar…?
Veamos algunos ejemplos:
Tema vago | Pregunta de investigación |
“Educación ambiental” | ¿Cómo perciben los estudiantes de secundaria la efectividad de los talleres de reciclaje escolar en Ciudad de México? |
“Trastornos alimenticios” | ¿Qué relación existe entre el uso de Instagram y la percepción corporal en adolescentes mujeres de 14 a 17 años? |
“Trabajo remoto” | ¿Cuáles son los principales efectos del teletrabajo en la salud mental de empleados administrativos en Lima durante el confinamiento por COVID-19? |
Recuerda: la pregunta guía es el corazón de tu proyecto. No tiene que ser brillante, solo tiene que ayudarte a pensar, investigar y escribir con rumbo.
🔹 4. ¿Qué hace que una pregunta sea buena (y viable)?
Una buena pregunta no solo debe sonar interesante, también debe ser viable. Es decir, debe poder investigarse en el tiempo, contexto y con los recursos que tienes disponibles. Muchas ideas prometedoras se quedan en el aire porque no pueden llevarse a la práctica.

Aquí algunos criterios esenciales para saber si tu pregunta es buena y viable:
- Está conectada con tu campo de estudio.
Tu pregunta debe tener sentido dentro del área disciplinar en la que estás inscrito/a. Por ejemplo, si estudias psicología, no basta con preguntar “¿Qué piensan los jóvenes sobre el cambio climático?”. Necesitarías darle un enfoque propio de tu disciplina: “¿Qué emociones predominan en jóvenes universitarios ante el cambio climático y cómo las manejan?” - Se puede investigar con los recursos disponibles.
¿Tienes acceso a las personas, datos o bibliografía necesarios para responderla? ¿Puedes aplicarla en tu universidad, comunidad, entorno laboral? Si tu pregunta requiere viajar, hacer pruebas de laboratorio o aplicar encuestas masivas… probablemente no es viable. Redúcela o ajústala. - Tiene sentido académico, pero también personal o profesional.
Una buena pregunta te conecta con algo que te interesa de verdad. No es solo “para cumplir”. Si te mueve, te importa o se conecta con tus planes futuros, vas a tener más energía para sostener el proyecto. - Abre caminos para formular objetivos, hipótesis o análisis.
¿Puedes imaginar qué querrías lograr al investigar esto? ¿Se te ocurren algunos enfoques posibles? Si la pregunta abre puertas, en lugar de cerrarlas, vas por buen camino.
En resumen: una buena pregunta no es solo interesante, sino realizable, significativa y útil para guiar tu investigación. Y tú puedes construirla.
🔹 5. Herramientas para pasar del caos a la claridad
Transformar una idea vaga en una pregunta clara puede parecer una tarea abrumadora. Pero la buena noticia es que no necesitas hacerlo a ciegas: existen herramientas y estrategias muy útiles que te pueden guiar paso a paso. Aquí te comparto algunas de las más efectivas:
🧠 1. Prompts con IA

Puedes usar herramientas como ChatGPT, Perplexity o Elicit para generar versiones tentativas de preguntas. Prueba escribir algo como:
“Dame cinco posibles preguntas de investigación sobre ansiedad académica en estudiantes de medicina”.
La IA no te dará la pregunta final, pero te ayudará a explorar variantes, enfoques y matices que quizás no habías considerado.
🔻 2. Técnica del embudo
Parte de un tema general e ir “afilando” paso a paso:
- Tema amplio: migración
- Subtema: migración de mujeres
- Foco: salud mental en mujeres migrantes
- Pregunta tentativa: ¿Qué barreras perciben las mujeres migrantes para acceder a servicios de salud mental en Ciudad Juárez?
📊 3. Matriz de formulación de preguntas
Crea una tabla con tres columnas:
- Eje de análisis (qué te interesa: causas, efectos, percepciones, comparaciones…)
- Población (grupo de personas o unidades de estudio)
- Contexto (lugar, tiempo, situación específica)
Luego, combina elementos de cada columna para construir posibles preguntas.
❓ 4. Prueba del “¿y eso para qué sirve?”
Cada vez que formules una pregunta, hazte esta prueba. ¿Qué sentido tiene investigar esto? ¿A quién le interesa? ¿Qué se podría hacer con la respuesta? Si no puedes responder a eso, quizá necesitas replantearla.
Recuerda: no estás buscando la pregunta “perfecta”, sino una pregunta clara, útil y honesta. Las herramientas están para ayudarte… y tú estás más cerca de lograrlo de lo que crees.
🔸 Cierre / reflexión final

Tener una buena pregunta de investigación no significa que ya tengas todas las respuestas, pero sí significa que tienes una brújula confiable. Una buena pregunta no es el final del camino, es el punto de partida con dirección. Te orienta, te enfoca y te permite decidir qué incluir, qué leer y cómo avanzar.
No tengas miedo de reformularla en el camino. Es completamente normal —y hasta deseable— que tu pregunta evolucione a medida que investigas, lees o dialogas con tu tutor/a. La clave es no quedarte en el limbo del “tema vago”, sino dar ese primer paso hacia la claridad, aunque no sea definitivo.
En el siguiente artículo de esta serie, te mostraré cómo transformar esa pregunta en objetivos concretos y SMART, que le den estructura real a tu proyecto final.
Porque una buena pregunta te pone en movimiento… y los objetivos te marcan la ruta.
¡Sigamos avanzando!
🔗 ¿Estás siguiendo la serie paso a paso?
Navega la serie en orden para aprovecharla mejor:
⬅️ 6. Tu ‘Protocolo en Construcción’ > Empezar aunque no sepas nada
➡️ 8. Errores frecuentes al elegir tema (y cómo evitarlos con IA)
💬 ¿Ya lograste pasar de tu tema a una buena pregunta?
🧭 Cuéntame en los comentarios cómo fue ese proceso para ti: si alguna parte de este post te ayudó a enfocarte, si estás cerca de encontrar tu pregunta o si todavía estás explorando opciones.
✏️ Deja tu comentario abajo y sigamos afinando tu proyecto, paso a paso.
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